Periodo Postulación: Marzo – Abril 2022
La salud se constituye hoy como un derecho de todo/a ciudadano/a, independientemente del sistema de salud que se encuentre vigente en cada país. Esto implica favorecer el estado de bienestar de las personas a través de la proporción de tratamientos y servicios oportunos que respondan a sus necesidades.
La reflexión sobre la transición desde paradigmas atomizados al de la complejidad, implica entender de mejor manera que las necesidades de las personas van más allá del tránsito entre la salud y la enfermedad; invitando así a centrar el foco en las potencialidades, habilidades y oportunidades para la vida, que tienen tanto familias, como comunidades. Esto significa en la práctica, según distintas corrientes de enfoque comunitario, incorporar a la comunidad como un actor y referente de primer orden en la intervención sanitaria, con el fin de facilitar la cobertura de necesidades que emergen desde las personas mismas, en esferas de su vida individual, familiar y social.
Las realidades sociales a las que nos enfrentamos actualmente en el ámbito sanitario, implican una serie de problemáticas y necesidades que deben ser comprendidas y atendidas entre los agentes intersectoriales, como una manera de mejorar la calidad de vida de las personas, vinculando siempre nuestras acciones hacia la inclusión social, la participación, autonomía y bienestar, como ejes centrales para el desarrollo colectivo y social. De esta manera, los conocimientos producidos en este curso constituirán un aporte al desarrollo de estrategias de intervención transdisciplinaria en la salud mental comunitaria que no se incorporan en pregrado.